Etapas del desrrollo IV (18-24 meses)
En el presente artículo, continuamos explicando el desarrollo de los más pequeños. En esta ocasión, explicamos los hitos de desarrollo de dieciocho a veinticuatro meses en cada área. Al igual que en los artículos anteriores, os explicaremos cómo se va desarrollando el bebé tanto a nivel de lenguaje y de alimentación como a nivel motor, cognitivo, emocional, socio-afectivo y en su autonomía.
En cuanto al desarrollo de su lenguaje, y como comentamos en el artículo anterior, este tendrá una gran evolución, pues llegados los veintiún meses, el niño es capaz de utilizar una veinte palabras, señas u onomatopeyas, además de imitar frases de dos palabras, identificar una imagen entre varias y cinco partes del cuerpo y seguir órdenes de una acción y un objeto. En tan solo tres meses más, cumplidos los dos años de vida, el niño ya es capaz de utilizar unas cincuenta palabras, algún pronombre (ej. mío) y algún artículo. Además, a los dos años es capaz de seguir órdenes relacionadas (ej. vete a...), emplear palabras espontáneamente mientras juega, imitar palabras trisílabas y las vocales, responder afirmativamente o negativamente ante preguntas, protestar con un "no" cuando no quiere algo, emplear una frase para designar o pedir algo y saludar o despedirse espontáneamente y en el momento apropiado.
En cuanto a su desarrollo alimenticio, el niño es capaz de comer solo con una cuchara un producto espeso a los veintiún meses y usar la taza, el tenedor y la cuchara solo a los dos años.
En cuanto a su desarrollo motor, cabe destacar que a los diecinueve meses puede andar con seguridad, aunque aún corre de manera rígida y empieza a andar hacia atrás. También imita trazos con un lápiz y comienzan a interesarle los rompecabezas de dos o tres piezas. Cumplidos los veinte meses, el pequeño puede correr, subirá escaleras solo, pero necesitará ayuda aún para bajarlas. Asimismo, será capaz de dar patatas a una pelota. A los veintiún meses, puede lavarse las manos, comenzar a vestirse solito o cepillarse los dientes y participar en algunas de las labores domésticas. Además, va a perfeccionar sus habilidades motrices finas (encajar, sacar, abrir, cerras, pulsar, etc.), y va a ser capaz de trotar, trepar a una silla para sentarse y después bajar, mantenerse durante unos segundos de puntillas, saltar con ayuda desde un escalón y comenzar a usar juguetes como triciclos. Llegados los veintidós y veintitrés meses, el niño es capaz de sostenerse sobre un pie sin perder el equilibrio, lanzar una pelota con ambos manos y con los pies, probar nuevas posturas y arrastrar objetos mientras camina. De esta manera, a los veinticuatro meses, el niño se podrá mantener a la pata coja sin ayuda, caminará hacia atrás y de puntillas, correrá adecuadamente, saltará con y sin ayuda, subirá y bajará de juguetes, golpeará una pelota con otro objeto, construirá torres de seis bloques, llenará un cubo de arena, pasará las hojas de un cuento de cartón de una en una, será capaz de girar y desenroscar objetos pequeños, ensartará bolas en una cuerda o cordel rígido, iniciará la construcciones horizontales y perfeccionará el trazo.
Por su parte, en lo que respecta al desarrollo cognitivo, durante estos meses el niño irá elaborando el conocimiento de los objetos, de las relaciones espaciales y causales y se iniciará en el juego simbólico. A los diecinueve meses, es capaz capaz de interpretar mejor la posición de las cosas en el espacio y se va haciendo consciente de conceptos básicos como arriba,abajo, fuera, dentro, etc. Ya a los veinte meses, perfeccionará todas las habilidades de forma que a los veintiún meses es capaz de resolver problemas sencillos, buscar objetos conocidos, guardar los objetos en su sitio habitual, abrir y cerrar objetos y lanzar objetos a una superficie. En torno a los veintidós-veintitrés, y a medida que el bebé se acerqué a los dos años, se irán asentando las bases para la aparición del juego simbólico. Al principio imitará las acciones de los adultos y posteriormente podrá hacerlo él mismo sin un modelo presente. Asimismo, irá conociendo las causas que producen los efectos y mejorará aún más su comprensión espacial. Así pues, al cumplir los dos años, el niño ya es capaz utilizar instrumentos y herramientas para resolver problemas, orientarse adecuadamente por casa, relacionar dos objetos funcionales, encajar tres piezas en un tablero, clasificar objetos por categorías, colores y tamaños y realizar acciones como soltar una canica por una superficie inclinada.
En cuanto a su desarrollo afectivo y socio-emocional, en esta etapa destaca que, al ir ganando cada vez más independencia, haya momentos en donde el bebé quiera reafirmarla y, por ejemplo, primero te abrace y luego no quiera jugar. Además, este periodo se caracteriza aún por la presencia de las rabietas y la exploración. Así pues, será importante el establecimiento de rutinas para darle seguridad y establecer límites que hemos de explicarle. En esta etapa, el niño también se hará consciente de cómo se siente e irá comprendiendo las emociones de los demás. De esta manera, a partir de los veintidós meses, el niño ganará más independencia y comenzará a interesarse más por otros niños, jugar e interactuar con ellos, compartir juguetes y crear sus propios juegos sociales.
Por último, en cuanto a la autonomía cabe destacar que cumplidos los veintiún meses, el niño es inicia juegos propios de forma independiente, se acerca a los demás para iniciar el juego, explora la casa y desea comer solo. Además, señala que está incómodo cuando se ha hecho caca y lo asocia con el orinal el 50% de las veces. Cumplidos los dos años, el niño pide de comer o beber o que se ha hecho caca, asocia el orinal con "hacer pis", pide que le cambien después de haberse mojado/ensuciado, se lava y seca las manos solo y es capaz de limpiarse solo la nariz.
En conclusión, en estos meses el niño experimenta un gran desarrollo en todas las áreas de su desarrollo, por lo que será de vital importancia dotarle de diversas experiencias, estímulos y momentos de aprendizaje, además de generar un apego seguro.
Referencias bibliográficas.
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